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URINARIOS DE CELULOIDE, LAS PELICULAS DE ELOY DE LA IGLESIA de JESUS NAVARRO, VICTOR OLID y JOSE MANUEL ROMERO MORENO
Las películas de Eloy de la Iglesia son una muestra provocadora de un cine complejo y efectivo, con genialidad y torpeza, comparado con Fassbinder y Pasolini. Un contador de historias nato, su obra es como un Kubrick producido por Iquino, sucio y asqueroso urinario de celuloide.
Si hablamos de Eloy de la Iglesia, no hace falta ser un erudito para comprender la idiosincrasia de un director tan complejo como efectivo, tan fascinante en su vida privada como detrás de la cámara, y con una suerte de películas que cuesta descifrar si eran buenas o tan solo muestras provocadoras de un cine escandaloso pero carente de mayor interés. Algo de todo eso hay en sus películas. Hay oficio, pero también torpeza. Hay genialidad, pero también rutilante inutilidad. También es cierto que es un director solvente cuando le interesa y que, por encima de todo, es un contador de historias nato. Se le acusó de oportunista, a lo que él contraatacó respondiendo que en realidad era inoportuno. Se le comparó con Rainer Werner Fassbinder, aunque él se identificaba más con Pier Paolo Pasolini, estando su cine en realidad en las antípodas de ambos. De hecho, si esos reputados cineastas eran el yin, Eloy sería el yang. Podríamos afirmar sobre la obra de Eloy de la Iglesia que parece el resultado de un Stanley Kubrick producido por Ignacio F. Iquino. Una cosa improbable y marciana: eso es el cine de Eloy de la Iglesia. Un sucio y asqueroso urinario de celuloide. Urinarios de celuloide: Las películas de Eloy de la Iglesia repasa la filmografía completa del director guipuzcoano, así como explora sus consecuencias en la cultura popular, a través de varios ensayos, reseñas e ilustraciones firmadas por los autores Jesús Navarro, Víctor Olid y José Manuel Romero Moreno.