Fascinada y perpleja, Evie se sumerge en una espiral de drogas psicodélicas y amor libre, de manipulación mental y sexual, que la hace perder el contacto con su familia y con el mundo exterior. La deriva de esa comuna que se convierte en secta, dominada por una creciente paranoia, culminará en un acto de violencia bestial y extremo.

Esta novela es obra de una debutante que, debido a su juventud, ha dejado boquiabierta a la crítica por la inusitada madurez con la que cincela la compleja psicología de sus personajes. Emma Cline construye un retrato excepcional de la fragilidad adolescente y del tormentoso proceso de hacerse adulto. Además de abordar el tema de la culpa y las decisiones que nos marcan de por vida, la autora nos sumerge en una reflexión profunda sobre la identidad, la búsqueda de sentido y la pérdida de inocencia.

Cline nos transporta a aquellos años de paz y amor, de idealismo hippie, en los que germinaba un lado oscuro, muy oscuro. La autora se inspira libremente en un episodio célebre de la crónica negra americana: la matanza perpetrada por Charles Manson y su clan. Sin embargo, lo que le interesa no es tanto la figura del psicópata demoníaco, sino algo mucho más perturbador: aquellas chicas angelicales que, influenciadas por su entorno y desviadas por sus propias aspiraciones, cometieron un crimen atroz.

En esta exploración de la condición humana, Cline nos invita a cuestionar los límites entre la inocencia y la corrupción, entre la libertad y el control. A través de una prosa envolvente y una narrativa absorbente, la autora nos enfrenta a las complejidades de la psique humana y a los dilemas morales que acompañan el proceso de crecimiento y autoconocimiento.